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    Hace unas semanas os hablamos de las plantas semi-acuáticas que crecían en las riberas de los ríos y estanques.

    Pero a parte, hay otras que crecen dentro del agua, ya sea totalmente sumergidas, con las hojas a ras de superficie o elevándose encima de ella. Algunas enraízan en el fondo, mientras que otras flotan libremente. Entre las que crecen sumergidas, hay algunas que completan todo su ciclo vital debajo del agua, es decir, florecen y fructifican debajo del agua; en otras, solo las flores se asoman por encima del agua y son allí polinizadas por insectos.

    Se conocen cientos de especies solo entre las plantas vasculares (plantas con flores y helechos) que han elegido el hábitat acuático; si le añadimos las algas unicelulares y pluricelulares, son miles. Aquí podemos ocuparnos solamente de las plantas vasculares, a veces llamadas “plantas superiores”, en contraposición a las algas, que son menos evolucionadas y no tienen vasos conductores de savia (de ahí la denominación de “no-vasculares”).

    La mayoría viven en agua dulce o salobre, pero hay plantas vasculares con flores también en el mar. La llamada en Canarias “seba” (Cymodocea nodosa), que forma los sebadales tan importantes para la vida marina en fondos arenosos, es una de estas plantas marinas que, aunque mucha gente crea que es un alga, no tiene que ver con éstas.

    Seguramente, las plantas acuáticas más conocidas son los nenúfares. Son apreciadas principalmente por su belleza, pero tienen también varias aplicaciones medicinales. Se usan por ejemplo para relajar los nervios y para tratar abscesos y otros problemas de la piel.

    Se llaman nenúfares a un grupo de plantas de varios géneros botánicos, principalmente Nymphaea. De este género hay varias decenas de especies, distribuidas por todo el mundo, pero no hay especies nativas en Canarias, sin duda por la falta de hábitat natural apropiado, y tampoco se ha encontrado hasta ahora ninguna asilvestrada. Por otro lado, también la famosa flor de loto (Nelumbo nucifera) y las especies del género Nuphar, de flores amarillas, son nenúfares.

    Se trata de plantas perennes con un largo rizoma que va creciendo en el fango del fondo. Las hojas nacen debajo del agua, pero al crecer van subiendo y finalmente su lámina, en general redondeada, se extiende sobre la superficie del agua, quedando anclada con el fondo mediante un largo peciolo. Según las especies, las flores se encuentran prácticamente a ras de agua o se elevan sobre pedúnculos más o menos largos.

    Debido a la gran popularidad de estas plantas, hoy en día existe un número elevadísimo de variedades obtenidas artificialmente por cruces y selección, como en cualquier otra planta cultivada. Necesitan en general aguas de buena calidad (poco salinas) y limpias, con una profundidad mínima de unos 25 cm y un fondo de lodo o fango. Pueden estar a pleno sol o encontrarse a la semisombra de árboles de ribera. También las podemos cultivar en grandes macetas colocadas debajo del agua.

    Fuente: http://www.jardinbotanicofuerteventura.com/los-nenufares-plantas-acuaticas-por-excelencia