Enfermedades en el cultivo de ARVEJA. pdf gratis
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Enfermedades de mayor importancia en el cultivo de arveja durante la temporada de lluvias: su manejo y control Las enfermedades en la arveja se desarrollan por la interacción del patógeno, la planta como hospedero y las condiciones medioambientales como luz, aire, lluvia, temperatura y suelo (Kraft y Pfleger, 2000, citados por Buitrago, et al., 2006).
A continuación se describen tanto las
principales enfermedades que afectan a este cultivo durante la época de lluvias
y de mayor humedad en el ambiente, como las principales medidas de manejo
integrado para su control.
Antracnosis (Colletotrichum Corda;
C pisi Pat)
La enfermedad de la antracnosis causa
daños en la parte aérea de la planta, reconociéndose por la presencia de
manchas de color pardo oscuro sobre los tallos, las hojas, las vainas y las
semillas.
En estados avanzados, las lesiones toman forma cóncava, definida por
un borde de color rojizo y en el interior una masa gelatinosa de color rojizo o
salmón, cubriéndose más adelante por un moho de color gris y de aspecto
aterciopelado (Ferreira, et al., 2008, citados por ICA, 2012).
La incidencia del patógeno es mayor en
el tercio superior de la planta y más intensa en tallos y vainas; en tallos la
afectación inicia en los nudos, mostrando lesiones de color ladrillo y causando
su doblamiento; en vainas se reconoce por lesiones ovaladas de color amarillo
que luego pasan a castaño oscuro (Buitrago, et al., 2006).
Cabe indicar que el hongo patógeno se
transmite principalmente por semillas contaminadas y la enfermedad se acentúa
con gran severidad, en condiciones de alta humedad en el ambiente, temperatura
de 12 a 18 °C y lluvias continuas; las esporas del hongo pueden ser
transportadas por el agua lluvia, insectos e implementos de labranza (Tamayo,
2000, y Arjona, 1977, citados por Buitrago, et al., 2006).
La importancia de la enfermedad radica
en que esta puede llegar a reducir los rendimientos de la producción en un 30%
(Tamayo, 2000, e ICA, 1993, citados por Buitrago, et al., 2006).
La antracnosis se puede prevenir,
manejar y controlar mediante la implementación de medidas como:
• Uso de semilla certificada.
• Manejo adecuado de malezas o
arvenses.
• Reducir las densidades de siembra,
para permitir que haya circulación del aire
• Realizar rotación de cultivos con
especies que no sean susceptibles a esta enfermedad, como hortalizas de hoja,
cebolla de bulbo o papa.
En esta forma se evita que el patógeno
encuentre un hospedero permanente.
• Recolección de material vegetal
infectado.
• Tener en cuenta las condiciones
climáticas predominantes y hacer un plan de manejo químico, rotando
ingredientes activos y modos de acción para evitar que el patógeno se vuelva
resistente al ingrediente activo y cumplir los periodos de carencia (período
entre la última aplicación y la cosecha) (ICA, 2012).
• Aplicar a la semilla fungicidas
protectantes.
• Adelantar un adecuado plan de
fertilización.
• Utilizar variedades que muestren
resistencia a la enfermedad (Buitrago, et al., 2006).
Botritis (Botrytis cinerea Pers)
![Resultado de imagen para botrytis en arveja](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP7Xkzjh8OHbtyC1_iugj6fYtTxSd88mahYeEGLIBfauX_up-CGAzbRSxsSRZfUp_vBf3pDvZEmo3KFpFRGIexgCGLdNK_3MGrq66R0V72R283yU_145TAKBNs4loTc1s7rTv-Pnq5apNM/s1600/botr.png)
La botritis o moho gris es una
enfermedad muy común en el cultivo de la arveja; el hongo patógeno muestra
mayor agresividad en condiciones de alta humedad y bajas temperaturas en el
ambiente, el cual se reconoce por formar una capa de color gris de conidias1 y
conidióforos2 sobre los tejidos afectados de la planta (ICA, 2012).
Esta enfermedad causa pérdidas en la
producción de 20 a 30%, principalmente por pegado de la flor y pudrición de la
vaina (Buitrago, et al., 2006).
El hongo afecta principalmente las
flores y hojas dejando manchas o tizones; además causa pudrición en la raíz,
los frutos, los cogollos y los tallos, formando manchas irregulares de color
marrón que se extienden con gran rapidez, dando lugar a la aparición 1 a 3 días
después de las estructuras fructíferas del hongo y debilitando o produciendo el
envejecimiento de la planta (Babadoost, 2000, citado por ICA, 2012).
Por otra parte, el moho gris puede
permanecer en el suelo, en residuos de cosecha o semillas; gracias al estado de
latencia3 de sus estructuras de resistencia como el micelio4 o los esclerocios5
, los cuales germinan cuando las condiciones de humedad en el aire son altas y
la temperatura es de 15 a 25 °C.
El hongo se propaga mediante las
conidias, las cuales son dispersadas por el aire húmedo, la lluvia, las
herramientas y las personas, para luego penetrar a través de heridas presentes
en las plantas.
Entre las prácticas de manejo integrado
para el control de esta enfermedad están:
• Utilizar semillas certificadas.
• Evitar la siembra en suelos pesados o
arcillosos, la fertilización excesiva y el uso de coberturas húmedas.
• Eliminar plantas muertas y residuos de
cosecha.
• Utilizar eficientemente el
riego.
• Evitar el exceso de humedad, mediante
la construcción de canales y drenajes para sacar el agua sobrante.
• Establecer densidades de siembra que
permitan la circulación de aire.
• Evitar realizar heridas a las plantas
durante las labores culturales y en la cosecha.
• Recurrir a la aplicación de productos
biológicos o químicos de forma oportuna.
• Cosechar de forma oportuna (ICA,
2012).
• Rrealizar un buen control de
malezas.
• Adelantar el plan de fertilización con
énfasis en el potasio (K), dado que la deficiencia de este elemento en el suelo
predispone las vainas para que sean afectadas por el hongo. • Establecer un
plan de rotación de cultivos (Kraft y Pfleger, 2000, citados por Buitrago, et
al., 2006).
Mildeo velloso (Peronospora Corda)
La enfermedad es de ocurrencia frecuente
durante las épocas de alta humedad en el ambiente, así como en cultivos densos,
llegando a causar pérdidas en algunos sitios, hasta del 100% (Tamayo, 2000, y
Sañudo et al., 1999, citados por Buitrago, et al., 2006).
Se reconoce inicialmente por la
presencia de puntos amarillos de forma irregular sobre la hojas, que se van
uniendo hasta alcanzar una coloración parda, mientras que por debajo de la hoja
se presentan las estructuras del hongo, de color gris azuloso, las cuales
pueden sobrevivir en el suelo por más de 2 años si la humedad es la óptima
(ICA, 2012).
Las condiciones adecuadas para su
desarrollo se dan durante las épocas de lluvia, con alta humedad relativa y
temperatura de 15 a 17 °C (Tamayo, 2000, citado por ICA, 2012). Las fuentes
principales de la infección son las semillas, los residuos de cosecha, las
malezas o arvenses hospederos y cultivos aledaños que se encuentren infectados
(ICA, 2012).
Las hojas afectadas por lo general son
pequeñas, se doblan y se marchitan, se secan y mueren; los tallos jóvenes
atacados por la enfermedad dejan de crecer y terminan deformándose.
Así mismo, la enfermedad se puede
presentar en plantas aisladas, afectando solo algunas partes de ellas; en el
caso de ataques muy fuertes se observa marchitez y secamiento de las hojas y de
brotes terminales, enanismo, pérdida de vigor y fructificación del hongo en
todos los brotes.
En estados iniciales de desarrollo del
cultivo, la afectación impide la formación de vainas; cuando los ataques son
tardíos, las vainas presentan por la parte externa una coloración violácea,
mientras que en su interior pueden crecer las estructuras del hongo; así mismo,
las semillas muy afectadas no se desarrollan y si lo hacen, suelen presentar
manchas pardas (Tamayo, 2000).
El manejo de la enfermedad bajo las
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) recoge las siguientes estrategias:
• Establecer el cultivo con densidades y
distancias de siembra adecuadas, para favorecer la circulación de aire en el
lote
• Utilizar semilla certificada.
• Construir zanjas de drenaje para sacar
el agua sobrante del suelo.
• Realizar monitoreo permanente del
cultivo con el fin de detectar la enfermedad en las etapas iniciales.
• Aplicar productos químicos indicados,
respetando los períodos de carencia (ICA, 2012).
• Controlar adecuadamente las malezas
para regular el exceso de humedad dentro del cultivo.
• Establecer la rotación de
cultivos.
• Adelantar el control químico con
fungicidas, solo en el momento que aparezcan los primeros síntomas de la
enfermedad, alternando fungicidas con diferentes ingredientes activos (Tamayo,
2000, citado por Buitrago, et al., 2006).
Mancha de ascochyta, tizón, añublo
(Ascochyta pisi)
![Resultado de imagen para Mancha de ascochyta en arveja](https://www.agroconsultasonline.com.ar/ticket.html/IMG-20141012-00479.jpg?op=d&ticket_id=8726&evento_id=17907)
La mancha de ascochyta o tizón es una
enfermedad endémica en las principales zonas productoras de arveja en Colombia,
que puede llegar a reducir los rendimientos en la producción en un 20 a 50%,
incidiendo en la calidad de las vainas y de los granos cosechados.
Las condiciones que favorecen la
ocurrencia y la severidad de la enfermedad son principalmente la siembra de la
semilla al voleo, cultivos sin tutorado, lluvias intensas y alta humedad
relativa o del ambiente durante el periodo de la floración y formación de las
vainas. Cabe indicar que las esporas6 del hongo se dispersan dentro del cultivo
por acción del viento y del agua lluvia, depositándolas sobre heridas en las
plantas e infectándolas.
De igual forma, el patógeno podrá ser
transmitido mediante la semilla, caso en el cual los daños se hacen más
notorios a partir de la etapa de la floración, afectando principalmente el
tercio inferior de la planta.
Los síntomas se reconocen por la
presencia de lesiones en hojas, tallos y vainas; en las hojas provoca lesiones circulares de 2 a 8 milímetros de
diámetro de color café claro con anillos concéntricos; en condiciones de alta
humedad relativa, las lesiones contienen diminutos puntos de color café oscuro,
que corresponden a los principios del agente causal.
![Resultado de imagen para Mancha de ascochyta en arveja](https://c8.alamy.com/compes/x61xdg/ascochyta-pod-spot-ascochyta-pisi-manchas-en-el-supermercado-las-arvejas-verdes-vainas-x61xdg.jpg)
La mayor incidencia de este patógeno se
presenta en el tercio inferior de la planta, pero en ocasiones puede llegar a
afectar severamente el tercio medio de la misma; por lo general las lesiones se
presentan sobre los nudos de los tallos y se reconocen por su forma alargada de
color castaño claro con el centro grisáceo y puntos oscuros donde se encuentran
las formas de reproducción del hongo; en las vainas las manchas son redondeadas
de color café oscuro, de apariencia hundida y con un borde más oscuro, algo
sobresaliente.
Estas manchas pueden unirse hasta cubrir
gran parte de la vaina y llegar hasta la semilla, no permitiendo su desarrollo
y causando pudrición con rapidez (Tamayo, 2000).
Mancha por Mycosphaerella, quemazón de
las hojas (Mycosphaerella pinodes)
La mancha por Mycosphaerella junto con
la mancha de Ascochyta se constituye en una de las enfermedades de gran
importancia del cultivo en todas las zonas productoras de arveja en
Colombia.
Los daños por Mycosphaerella son de gran
magnitud en todos los estados de desarrollo del cultivo y pueden llegar a
reducir los rendimientos en un 30%; se presentan con mayor frecuencia en hojas
jóvenes y vainas ubicadas en el tercio superior de la planta, siendo de mayor
severidad durante la temporada de lluvias y la época de floración.
Los principales síntomas de la
enfermedad consisten en lesiones circulares de 1 milímetro de diámetro de color
café oscuro en las hojas y partes florales. Igualmente, produce lesiones que
afectan la unión del tallo y la encapsula; estas lesiones son de color púrpura,
semicirculares, de hasta 5 centímetros de diámetro, llegando a comprometer el
tejido foliar.
La humedad relativa alta favorece la
proliferación de anillos concéntricos con diminutos puntos negros que
corresponden a cuerpos del hongo llamados peritecios , en cuyo interior se
encuentran 8 esporas, que son las estructuras reproductivas del hongo.
En las vainas, el patógeno produce
síntomas similares a los observados en las hojas (Tamayo, 2000).
Amarilleamiento por Fusarium, marchitez
(Fusarium oxysporum).
Los rendimientos en la producción de
arveja son fuertemente afectados por la enfermedad de la pudrición de la raíz,
ocasionada por el hongo Fusarium oxysporum (Osorio-Gutiérrez y Castaño-Zapata,
2011, citados por Pabón y Castaño, 2012), patógeno propio del suelo, que
ataca la plantas de arveja en cualquier estado de desarrollo; la infección se
da inicialmente en la semillas, reconociéndose por la ocurrencia de lesiones de
color café a rojizo que cubren todo el grano o también puede presentarse
durante los estados de pre y posemergencia de la plántula, invadiendo las
raíces sanas y gradualmente los tejidos de los tallos, afectando el paso del
agua hacia las partes altas de la planta (Hagedorn, 1991, y Watson et al.,
2009, citados por Pabón y Castaño, 2012).
![Resultado de imagen para Amarilleamiento por Fusarium, marchitez (Fusarium oxysporum). en arveja](https://www.researchgate.net/profile/Luis_Minchala2/publication/306291879/figure/fig1/AS:396807361318912@1471617655075/Figura-2-Penetracion-del-patogeno-en-la-planta-El-micelio-del-hongo-se-propaga-dentro-de_Q320.jpg)
El amarilleamiento o marchitez por
Fusarium es considerado como una enfermedad de gran importancia económica y
limitante en el cultivo de la arveja, dado que la afectación puede ocasionar
pérdidas de un 50 a 100% de las plantas, principalmente cuando el cultivo se
establece en lotes infectados; el hongo permanece en residuos vegetales, en
cultivos de rotación, en malezas o en estructuras de resistencia como las
clamidosporas.
Es de indicar que la enfermedad se ve
favorecida por la siembra en lotes sin rotación de cultivos y en suelos mal
drenados o encharcados.
Habitualmente la enfermedad se presenta
en focos, causando amarilleamiento total de la planta durante los primeros
estados de desarrollo del cultivo, retrasando su desarrollo y presentando
enanismo; en estados avanzados de desarrollo del cultivo, el amarillamiento
comienza por las hojas bajeras, continuando hacia las hojas de la parte alta de
la planta y culminando en un marchitamiento que se presenta al comienzo de la
floración o después de formadas las vainas, las cuales por lo general alcanzan
un menor tamaño; las raíces por su parte externa presentan coloración parda, en
su parte interna se puede observar un lesión longitudinal de color pardo
anaranjado o rojiza que genera la muerte de la planta (Tamayo, 2000).
Medidas preventivas
• Usar semilla certificada.
• Establecer variedades tolerantes o
resistentes a la enfermedad.
• Evitar ocasionar heridas a las plantas
durante las labores del cultivo.
• Eliminar plantas enfermas con el fin
de reducir el inóculo del hongo.
• Adelantar rotación de cultivos con
especies como lechuga o acelga (González, 2006; Watson et al., 2009, y Sideman,
2010, citados por Pabón y Castaño, 2012).
• Realizar aporques al cultivo para
estimular la producción de raíces adventicias o secundarias.
• Construir sistema de drenaje para
sacar el agua sobrante del lote.
• Establecer un buen plan de
fertilización.
• Adelantar control biológico con la
aplicación de Trichoderma harzianum a la semilla y al suelo en dosis de 2
gramos por metro cuadrado, mezclado con estiércol compostado (Ligarreto, 2002,
citado por Buitrago, et al., 2006).
• Aplicar fungicidas al suelo puede ser
una práctica efectiva; sin embargo, su uso frecuente pone en riesgo de eliminar
poblaciones de organismos benéficos del suelo, dejando expuesto el cultivo a un
nuevo ataque del hongo (Watson et al., 2009, citados por Pabón y Castaño,
2012); la aplicación de fungicidas foliares, como el benomil, ofrece buenos
resultados sobre el control del patógeno debido a su acción sistémica, pero su
uso indiscriminado puede generar poblaciones fungosas resistentes a él
(Besoaín, 1989, citado por Pabón y Castaño, 2012).
Pudrición de pie (Phoma medicaginis var,
pinodella).
![Imagen relacionada](https://www.researchgate.net/profile/Andrea_Roman5/publication/308633630/figure/fig21/AS:410634719121416@1474914354744/A-Planta-de-arveja-que-muestra-signos-de-ataque-de-A-pisi-muestra-colectada-en.jpg)
La pudrición de pie es una enfermedad
que es transportada por la semilla; causa la infección después de la emergencia
de la plántula y afecta, por lo tanto, el cultivo de arveja en sus primeras
etapas de desarrollo, debilitando las plantas hasta ocasionar su muerte. Las
afectaciones más severas se presentan en cultivos con siembras de alta
densidad, sin tutorar o mal tutorados y en suelos encharcados o con mal
drenaje.
Los principales síntomas de la
enfermedad consisten en una clorosis generalizada de las hojas bajeras y
lesiones de color negro en la base de los tallos, causando daño en gran parte
del área, lo que induce el doblamiento y muerte prematura de la planta (Tamayo,
2000).
Para su control se recomienda tener en
cuenta las siguientes medidas:
• Sembrar variedades resistentes a la
enfermedad o tolerantes a la enfermedad.
• Usar semilla certificada.
• Adelantar un buen control de
malezas.
• Realizar el amarre del tutorado a
tiempo.
• Cosechar oportunamente.
• Manejar adecuadamente la soca y
residuos de cosecha.
• Establecer rotación de cultivos.
• Aplicar fungicidas protectantes a la
semilla (Buitrago, et al., 2006).
• Construir zanjas de drenaje para
evacuar el agua sobrante en el suelo.
Pudrición radical por Damping-off
![Resultado de imagen para Pudrición radical por Damping-off en arveja](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdfOzdqd5Cbd-5XT_7l7uk758U-OIX817VrhJ_3si_-VdOdUjjdRrso1WBPiAUSMzo1HEW57PgZWSDIZ6WxHtTDngt_boeE4viNmjy-nbhAnv29-qZeTP0xb_Tdxmu0m6u46qPwhhyir0/s1600/fusarium+solani.jpg)
Enfermedad causada por un complejo
fungoso que puede estar integrado por los hongos: Pythium Nees., Fusarium
oxysporum, Schlecht., Fusarium solani (Mart.) Sacc., Rhizoctonia solani
J.G.Kühn. y Sclerotium Tode.
Su importancia se da por su común
ocurrencia en las zonas productoras de arveja en Colombia, presentándose en las
primeras etapas del cultivo y logrando dejar pérdidas del 50 al 100% si no se
toman las medidas preventivas necesarias (Buitrago, et al., 2006).
![Resultado de imagen para Pudrición radical por Damping-off en arveja](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5FI8JdvdjrW9E2hMChjrBMB36MZW9THQC6y1miiTIWgLlyqYSfaKPpNDI_grDv8tMM4mzsr5-W-Va9_k6VgIQBwr1CXzTJzNa6vQIQzUmi6g4S6xG7rvm_AhIHAEoglyb04jojkqcokI/s1600/RIZOCTONIA+SOLANI.jpg)
Dentro de los síntomas más
característicos que permiten reconocer la enfermedad se tienen: daño en los
tejidos, amarilleamiento y quemazón de las hojas, doblamiento del tallo y
muerte de la planta en un periodo de tiempo muy corto.
Inicialmente la enfermedad se presenta
con lesiones rojizas en la base del tallo de la plántula, las cuales avanzan
hacia la raíz principal y secundarias, tomando un color oscuro y causando su
muerte (Tamayo, 2000; Kraft y Pfleger, 2000, citados por Buitrago, et al.,
2006).
Por otra parte, el Damping off puede
atacar: las semillas antes de su germinación, causando pudrición acuosa y su
muerte prematura; durante la emergencia de la radícula o antes de que empiece
la emergencia de la plántula; después de la emergencia de la plántula, el tallo
tierno puede ser afectado cerca de la superficie del suelo; en plantas
desarrolladas el complejo fungoso solo puede dañar la capa exterior del tallo y
su impacto dependerá de la edad de la planta (Matheron, 2001, citado por ICA,
2012).
Por su parte, las condiciones que
permiten la ocurrencia de la enfermedad son: temperaturas de 18 a 25 °C, riego
excesivo o lluvias intensas, alta humedad en el ambiente y en el suelo, y pobre
estructura del suelo.
El hongo se dispersa principalmente por
movimientos de suelo, material vegetal contaminado y agua de riego (ICA,
2012).
Algunas de las medidas más eficaces para
manejar el Damping-off son:
• Plantar semillas de buena calidad y en
condiciones que permitan su rápida emergencia y el crecimiento de
plántulas.
• Evitar excesos de agua y tener bien
drenado el lote.
• Tratar las semillas con fungicidas
protectantes.
• Solarizar el suelo antes de la
siembra.
• No establecer una elevada densidad de
plantas.
• Evitar el exceso de riego.
• Regar a primera o última hora del
día.
• Tratamiento químico específico según
el hongo que esté actuando, aplicando alrededor del cuello de las plantas
• Evitar el exceso de humedad,
realizando riegos cortos y de acuerdo con el requerimiento del cultivo.
• Desinfectar las herramientas de uso
del cultivo (ICA, 2012).
Conclusión
En conclusión, el cultivo de la arveja
requiere de condiciones climáticas y de suelos adecuadas para su desarrollo,
especialmente en lo relacionado con la sanidad del cultivo; dado que bajo
condiciones de alta humedad ambiental o del suelo, causadas por factores como
lluvias intensas y prolongadas o riego excesivo, presencia abundante de
malezas, suelos mal drenados o encharcados y densidades de siembra muy altas,
hacen que la humedad dentro del cultivo sea suficiente para favorecer el
desarrollo de hongos patógenos, responsables de enfermedades que afectan el
cultivo y que generan pérdidas importantes en la producción, llegando al
alcanzar porcentajes entre el 20 y el 100%