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    Son plantas espontáneas que no precisan parasitar a otro vegetal para vivir pero que su desarrollo conlleva una competencia en nutrientes, luz, espacio útil y agua.
    Las malas hierbas pueden permitir la permanencia de diferentes plagas y enfermedades latentes en el suelo contribuyendo a su propagación. Aunque bien gestionadas las malas hierbas pueden convertirse en nichos ecológicos donde los enemigos naturales se encuentren en equilibrio con las plagas, y sean fuente de diversidad biológica para nuestro cultivo.

    Por su forma de reproducción se clasifican en:
     Reproducción por semillas
     Reproducción por semillas y por brotación de órganos vegetativos
     Reproducción por brotación de órganos vegetativos
    Por su ciclo vital se clasifican en:
     Anuales
     Bianuales
     Perennes

    Por su comportamiento ante los herbecidas:
     De hoja estrecha: su estructura morfológica permite una mayor protección frente a la acción de los herbecidas
     De hoja ancha: Más sensible a la acción de los herbecidas
    Las malas hierbas segregan unas sustancias químicas que pueden tener efectos nocivos para el cultivo instalado, llamadas alelosubstancias (alelopatinas) favoreciendo una pérdida de productividad.
    Plantas que no disponen de clorofila y que precisan parasitar a otros  vegetales verdes para poder asimilar el carbono ya que no pueden realizar la fotosíntesis.
    El sistema de parasitismo es muy variado:
     Unión por la parte aérea como la cuscuta, cuyos tallos filamentosos aprisionan a las plantas chupando de sus tejidos.

     Unión por las raíces, como es el caso del jopo, de las habas y el girasol.