EL SALIVAZO DE LA CAÑA DE AZUCAR, Mahanarva andigena
Índice
EL SALIVAZO DE LA CAÑA DE AZUCAR,
Mahanarva andigena
INTRODUCCIÓN
El salivazo es una de las
plagas más importante de la caña de azúcar en varios países de América y El
Caribe. Existen varias especies que difieren en sus hábitos alimenticios. En
algunas especies las ninfas son de hábitos radicales y en otras se localizan en
el follaje. Todas tienen en común el hábito de producir una masa espumosa en
forma de saliva, lo que le confiere el nombre de “salivazo”. Los primeros
registros de esta plaga en el Ecuador datan desde 1968 (archivos del ingenio
San Carlos), actualmente se encuentra distribuida en varios sectores del país,
especialmente en la zona de Naranjito y Milagro (Guayas), Zaruma (El Oro), Napo
(Pastaza) y Nanegalito (Pichincha). Esta especie fue identificada como
Mahanarva andigena (Homoptera, Cercopidae) por Daniel Peck (CIAT, Colombia) y
se encuentra presente también en la costa del Pacífico de Colombia. En esta
publicación se hace una breve descripción de esta plaga, que comprende su
biología, hábitos y daños; y, se ofrece una estrategia de manejo, que permitirá
a técnicos y productores hacer un reconocimiento seguro de esta especie y
adoptar las medidas más adecuadas de control.
DESCRIPCION DEL INSECTO
El ciclo de vida de este
insecto comprende tres fases o estados de desarrollo: huevo, ninfa y adulto. En
su estado adulto, el salivazo es un insecto de tamaño mediano, existiendo una
marcada diferencia entre el macho y la hembra. El macho mide aproximadamente 11
mm de largo y 5 mm de ancho, de coloración castaño oscuro o negro con manchas
amarillas bien acentuadas sobre las alas anteriores a manera de dos bandas
transversales, el abdomen y las patas son rojizos (Figura 1).
La hembra es ligeramente
mayor que el macho (13 mm de largo y 6,5 mm de ancho), de color castaño, con
las manchas amarillas un poco difusas (Figura 2).
Los adultos permanecen
durante el día en el follaje de las plantas, particularmente en las hojas más
cercanas al cogollo o dentro de él. Esto último es más común en las horas de
mayor luminosidad. En ocasiones se encuentran debajo de las vainas viejas o
cerca del suelo, tratándose en este caso de adultos que recién han emergidos o
hembras que se encuentran cerca de los lugares de oviposición. Las hembras
efectúan las posturas en la base de las vainas viejas (Figura 3) que están a lo
largo del tallo, especialmente en aquellas que están mas cerca del suelo,
llegando a ovipositar hasta 153 huevos durante su periodo reproductivo, que va
de 12 a 37 días. Los huevos recién ovipositados son de color blanco,
posteriormente adquieren una coloración amarillo pálido, siendo visible una
línea de eclosión de coloración oscura o negra (opérculo). Son de forma oval o
fusiforme y miden aproximadamente 1.3 mm de largo. El periodo de incubación
dura alrededor de 19 días, con una variación de 16 a 23 días.
El periodo ninfal comprende
cinco instares, con una duración promedio de 8 a 14 días, cada instar. El
periodo ninfal total tiene una duración de 51 días en promedio, con una
variación de 38 a 65 días. Las ninfas recién eclosionadas se dirigen hacia el
cogollo, donde se localizan alimentándose de la savia y permaneciendo cubiertas
de una masa espumosa que ellas elaboran (Figura 4), que las protege de la
desecación y de algunos enemigos naturales.
Durante los últimos
instares, las ninfas se trasladan hacia las vainas más viejas del tallo (Figura
5) donde permanecen hasta transformarse en adultos. De esta manera, el ciclo de
vida de M. andigena, desde que es puesto el huevo hasta que se transforma en
adulto, tarda alrededor de 70 días, con una variación de 57 a 84 días. Esto
indica que habiendo las condiciones ambientales adecuadas pueden ocurrir varias
generaciones durante el año. El desarrollo de esta plaga esta relacionado con
la época lluviosa y calor, incrementándose progresivamente hasta alcanzar los
mayores picos poblacionales en los primeros meses de la época seca. Esta
condición se ve favorecida en áreas de irrigación de canteros. Durante la época
seca, una proporción de los huevos entran en diapausa, permaneciendo en este
estado hasta que aparezcan las lluvias o el riego.
DAÑOS E IMPORTANCIA ECONOMICA
Tanto las ninfas como los
adultos succionan la savia de la planta. Las ninfas lo hacen inicialmente en
las hojas que forman el cogollo y posteriormente en los tejidos de la parte
interna de la vaina foliar y del tallo de caña, aparentemente sin causar
intoxicación en la planta. Sin embargo, la succión continua de savia y la
presencia de la espuma pueden causar un amarillamiento temporal de las hojas
del cogollo. Una característica de la presencia de las ninfas es que, al
secarse la espuma sobre la superficie de la hoja y del tallo, adquieren una
coloración blanquecina (Figura 6) que puede afectar el proceso industrial.
El daño más importante lo
hacen los adultos, pues a más de succionar la savia inyectan sustancias tóxicas
que provocan un desorden fisiológico en las hojas. Estos síntomas se
manifiestan por la presencia de lesiones amarillentas alrededor de la picadura,
que gradualmente se alargan y más tarde adquieren un color castaño-pardo y
necrótico, dando un aspecto de “quemazón” del follaje (Figura 7). En la planta
la tasa de respiración se incrementa y la translocación se reduce, lo que
resulta en un desequilibrio entre estas funciones fisiológicas. Altas
infestaciones pueden causar la muerte de las plantas.
A más de la serie de
perjuicios que aparecen en el campo, hay que considerar las pérdidas que se
manifiestan a nivel de fábrica; lo cual implica: reducción del contenido de
sacarosa, aumento en el contenido de fibra e, inversión de sacarosa en glucosa
y fructosa (Guagliumi, 1972/73). Evaluaciones efectuadas en el ingenio San
Carlos, en los años 1999 y 2000, mostraron pérdidas de sacarosa del orden de
15, 17 y 34 %, en las variedades BJ 7046, Ragnar y NCo 310, respectivamente
(Mendoza, 2001).
HOSPEDEROS
A más de la caña de azúcar,
esta especie de salivazo se presenta en varias especies de gramíneas, siendo el
“gramalote” (Paspalum fasciculatum), “pata de gallina” (Eleusine indica), “paja
mona” (Leptochloa filiformis), “cola de zorro” (Setaria geniculata), “pasto
Johnson” (Sorghum halepense), “cauca” (Panicum maximum), “pasto morado”
(Echinochloa colonum), “pasto janeiro” (Eriochloa polystachya), “cañaveral” (sp
n.i.), algunos de sus hospederos preferidos.
CONTROL
Los elementos más
importantes del manejo de esta plaga constituyen los enemigos naturales, las
labores culturales y el uso de insecticidas.
Control Biológico
En el Ecuador se han
observado varios enemigos naturales que ejercen un buen control del salivazo.
Los más importantes son el hongo Batkoa (=Entomophthora) sp. (Zigomycetes,
Entomophthorales) (Figura 8), capaz de causar hasta 90% de mortalidad de
adultos; el sírfido Salpingogaster sp Schin. (Díptera: Syrphidae); la tijereta
Doru lineare (Dermaptera: Forficulidae) (Figura 9); y, la hormiga Camponotus
sp, que son depredadores de ninfas. Otros enemigos naturales son las arañas,
aves (golondrinas) y sapos. El uso de Metarhizium anisopliae (Figura 10) aún se
encuentra en una fase de desarrollo, existiendo buenas perspectivas para su
utilización en los programas de manejo de esta plaga, especialmente durante la
época lluviosa. De acuerdo a estudios preliminares se recomienda una dosis de 1
x 1013 conidias/ha, lo que equivale de 2 a 3 Kg de arroz-hongo por
hectárea.
Control Cultural
Algunas labores agrícolas
pueden reducir o evitar la incidencia del salivazo. Estas labores comprenden:
a) Quemar los canteros y requemar los residuos de cosecha; b) Renovar los
canteros despoblados y altamente infestados; c) Evitar el movimiento de
“semilla” de lugares infestados a lugares que estén libres de la plaga; d)
Controlar las malezas hospederas del salivazo, dentro y fuera del cantero; e)
Mantener un buen drenaje del cantero; y, f) Efectuar el deshoje de hojas bajeras
para eliminar ninfas medianas y grandes
Control químico
Cuando no se dispone de un
producto biológico (Metarhizium anisopliae), y en las áreas donde la incidencia
de la plaga alcance los niveles de control, habrá que recurrir al uso de
insecticidas, lo cual debe basarse en un sistema eficiente de muestreo. La
evaluación debe hacerse cada 15 días, tomando dos sitios por hectárea ó, al
menos, 10 sitios por cantero. En caña pequeña (hasta 3 meses de edad) se toman
al azar cinco cepas o cuatro metros de surco en cada sitio. Se revisan todos
los brotes y, se determina el porcentaje de infestación en base al número total
de brotes y al número de brotes atacados. Además, se cuenta el número de
adultos y ninfas grandes. Cuando el nivel de infestación alcance 30% o más de
brotes atacados o la población de la plaga sea igual o mayor a 0.5 adulto o una
ninfa grande por brote se debe efectuar el control químico.
En caña grande (más de tres
meses de edad) se toman 10 tallos por sitio y se toma en cuenta el número de
adultos y ninfas grandes. Cuando el nivel de infestación sea igual o mayor a UN
adulto ó tres ninfas grandes por tallo se debe recurrir al control químico.
En cañas grandes, maduras y
listas para ser cortadas, NO SE RECOMIENDA APLICAR,
Los insecticidas
recomendados son el carbaryl (Sevin 80 PM), en dosis de 1 a 1.5 Kg/ha y el
acefato (Orthene 75 PS), a razón de 500 g/ha. Sólo se debe aplicar el área
afectada del cantero
BIBLIOGRAFÍA
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FUENTE: http://cincae.org/wp-content/uploads/2013/05/Publicaci%C3%B3n-T%C3%A9cnica-N%C2%B0-4-Salivazo.pdf