Índice

    Introducción 
    El propósito de la poda es tener plantas fuertes, sanas y atractivas. Esta meta se puede alcanzar sabiendo cómo, cuándo y por qué podar, y siguiendo unos cuantos principios muy sencillos.  

    Razones para Podar 
    Las principales razones para podar árboles ornamentales y de sombra son: la seguridad, la salud y la estética. Además, la poda puede estimular la producción de fruta y elevar el valor de la madera. 

    La poda por seguridad

    implica remover las ramas que podrían caer y causar lesiones, o daños a la propiedad; suprimir las que obstruyen la visibilidad en calles o entradas de vehículos; y suprimir las que interfieren con líneas de servicio público. La poda por seguridad se puede evitar, en gran parte, eligiendo con cuidado especies que no crezcan más allá  del espacio disponible y que posean la forma  y el vigor apropiados para cada lugar. 



    La poda por razones de salud 

    implica remover la madera enferma o infestada de insectos, el adelgazamiento de la copa para mejorar la ventilación y reducir problemas de plagas, y la remoción de las ramas que rozan o se entrecruzan. La mayor utilidad de la poda es estimular el desarrollo de una estructura vigorosa en los árboles y reducir la probabilidad de que los dañen las inclemencias del tiempo. Quitar las ramas  rotas o dañadas ayuda a curar las heridas. 



    La poda por estética
    Intenta mejorar las características naturales de los árboles alentar la producción floral. La poda para mejorar la forma es especialmente útil con árboles de crecimiento abierto, que pierden muy poco follaje en forma espontánea. 

    Todas las plantas leñosas pierden ramas por la sombra y la competencia. Las ramas que no producen los carbohidratos necesarios para mantenerse, por fotosíntesis, mueren y luego caen; las heridas resultantes se sellan con tejido cicatricial (callo). El viento o la acumulación de nieve y hielo puede arrancar las ramas débilmente unidas. Las ramas arrancadas por fuerzas naturales suelen dejar grandes heridas con desgarramientos que rara vez sanan. Como práctica de cultivo, la poda puede complementar o sustituir esos procesos naturales, aumentando así el vigor la longevidad de las plantas. 

    La forma de los árboles es muy variada, pero  las más comunes son piramidal (excurrente)  y esférica (decurrente). Los árboles de copa piramidal, p. ej., la mayoría de las coníferas, tienen tronco central fuerte y ramas laterales más o menos horizontales, que no compiten por la dominancia con el tronco central. Los árboles de copa esférica, p. ej., casi todos los de madera dura, tienen muchas ramas latera les que compiten por la dominancia.

    Para reducir la necesidad de podar, lo mejor es estudiar la forma natural del árbol. Es muy difícil dar una forma antinatural a un árbol sin un trabajo constante de mantenimiento. 

    El desramado y la poda ornamental son casos extremos de poda para crear un efecto
    deseado no natural. 
    El desramado es la poda anual de árboles para remover todo el follaje nuevo. Al año siguiente hay gran profusión de vástagos en las puntas de las ramas. 
    En la poda ornamental se da forma geométrica o de animales a árboles o arbustos. 
    El desramado y la poda ornamental son aplicaciones especializadas de la poda para alterar la
    forma natural del árbol. La poda ornamental demuestra que, con cuidado y atención, se puede dar casi cualquier forma a las plantas. Sin embargo, así como la poda apropiada puede mejorar la forma o el carácter de las plantas, la poda incorrecta puede destruirlas.

    Métodos de Poda 
    Con árboles jóvenes, el objetivo de la poda debe ser darles una estructura vigorosa. A medida que maduran, la meta de la poda será, más bien, mantener su estructura, su forma, su salud y su apariencia.  En la poda correcta, los cortes se hacen en los nudos, es decir, en la unión de las ramas o vástagos. En primavera, el crecimiento anual empieza en las yemas y los vástagos, hasta que se forma un nuevo nudo. El tramo de rama entre dos nudos se llama entrenudo.  Los tipos más comunes de poda son: 

    1. Adelgazamiento de la copa
    El adelgazamiento de la copa, sobre todo en árboles de madera dura, es el corte selectivo de ramas para mejorar la penetración de luz y la circulación del aire en la copa. Su fin es conservar o desarrollar la estructura y la forma del árbol. Para evitar tensiones innecesarias y la producción excesiva de vástagos epicórmicos, no se debe cortar más de la cuarta parte de la copa viva en una sola operación. Si necesita podar más, hágalo en varios años sucesivos. 


    Figure. El adelgazamiento de la copa - las ramas deben ser podar es sombra en azul; podarse ramas sobre lineas de rojo. Para evitar tensionses innecesarias y la producción excesiva de vástagos epicórmicos, no se debe cortar más de la cuarta parte de la copa viva en una sola operación. 
                                                 


    A. Unión en forma de U deben conservarse       B. Unión en forma de V suelen tener corteza
                                                                                                    incrustada y deben cortarse


     Figure 3. Tipos de rama uniónes
    Las ramas con ángulo de unión en forma de U deben conservarse (Fig. A). Las ramas con ángulo de unión en forma de V suelen tener corteza incrustada y deben suprimirse (Fig. B). La corteza se incrusta cuando dos ramas crecen formando un ángulo muy agudo, pues se produce una cuña de corteza arrollada entre ellas. La corteza incrustada impide la unión firme de las ramas y a menudo forma una grieta debajo del punto de unión. Los troncos codominantes que salen de la misma posición y son más o menos del mismo tamaño, forman corteza incrustada. 
    Si se suprimen algunas ramas laterales de un tronco codominante, se puede reducir suficientemente su crecimiento para que el otro tronco se vuelva dominante. 
    Las ramas laterales no deben ser mayores de  la mitad o las tres cuartas partes del diámetro
    del tronco en el punto de unión. Evite que se formen “colas de león”, es decir, penachos de ramas y follaje en los extremos de otras ramas, por la remoción de todas las ramas laterales y el follaje intermedio. Las  colas de león pueden provocar enfermedades a causa de exceso de sol, gran abundancia de vástagos epicórmicos, y ramas quebradizas de estructura débil. Todas las ramas que se entrecruzan o rozan deben ser removidas.  Las coníferas, con sus ramas en forma espiral y piramidal, rara vez requieren adelgazar la copa, salvo para restablecer un tronco líder dominante. Cuando la rama dominante de un árbol está dañada, muchas otras se vuelven codominantes. Elija al líder más fuerte y quite las ramas competidoras, para evitar el desarrollo de troncos codominantes. 

    2. Elevación de la copa 
    La elevación de la copa consiste en cortar ramas de la parte inferior de un árbol a fin de dejar espacio para peatones, vehículos,  edificios  o servicios, u obtener troncos limpios en la producción de madera. Si poda las ramas bajas del pino blanco puede prevenir la roya.
    Para árboles que crecen en la calle, el reglamento municipal suele especificar el espacio libre
    mínimo. Después de la poda, la relación entre el follaje vivo y la altura total del árbol debe ser cuando menos de dos tercios (p. ej., un árbol de 12 m debe tener ramas vivas en los 8 m superiores por lo menos).

    En árboles jóvenes, puede conservar ramas “temporales” en el tronco para propiciar la forma ahusada y protegerlos del vandalismo y las enfermedades por exceso de sol. Elija como ramas temporales algunos vástagos poco vigorosos, a intervalos de 10 a 15 cm a lo largo del tronco. Pódelos cada año para retardar su crecimiento ya que, finalmente, serán removidos. 




    Figure .Elevación de la copa - las ramas deben ser podar es sombra en azul; podarse ramas sobre lineas de rojo. Después  de la poda, la relación entre el follaje vivo y la altura total  del árbol debe ser cuando menos de dos tercios.  

    3. Reducción de la copa 
    La poda para reducir la copa se usa sobre  todo cuando un árbol rebasa el espacio asignado.
    Este método, llamado a veces poda de horquilla descendente, es preferible al  desmoche porque produce una apariencia más natural, retarda la fecha de la siguiente poda y minimiza la tensión (véase cortes de  horquilla en la siguiente sección).  

    Figure. Reducción de la copa - las ramas deben ser podar es sombra en azul; podarse ramas sobre lineas de rojo. Este método, lamimado a veces poda de horquilla descendente, es
    preferible al desmoche porque produce una apariencia más natural, retarda la fecha de la siguiente poda y minimiza la tensión.  

    La reducción de la copa es un último recurso y suele dejar en los troncos grandes heridas  que pueden atraer la pudrición. Este método  nunca debe aplicarse a un árbol de forma piramidal. A la larga, es mejor solución remover el árbol y sustituirlo por otro que no crezca más allá del espacio disponible. 

    Cortes de Poda 
    Al podar, los cortes deben hacerse de modo que sólo se remueva el tejido de las ramas y el tejido del tronco no sufra daños. En el punto donde la rama se une al tronco, los tejidos de ambos son contiguos, pero están separados. Si al podar corta solamente los tejidos de la rama, es probable que los tejidos del tronco no mueran y que la herida sane mejor. 

    1. Poda de ramas vivas 
    Para encontrar el sitio donde debe cortar,  busque el cuello de la rama que sale del tejido del tronco debajo de la base de la rama (Fig. 6A). En la superficie de encima suele haber un reborde de corteza de la rama (más o menos) paralelo al ángulo de la rama, a lo largo del tronco del árbol. El corte correcto no daña ni el cuello ni el reborde de corteza de la rama. 
    Un corte correcto empieza justamente afuera  del reborde de corteza de la rama y baja en ángulo, apartándose del tronco del árbol,  sin lesionar el cuello de la rama (Fig. 6B).
    Corte lo más cerca posible del tronco, en la axila de la rama, pero fuera del reborde de corteza de ésta, para que el tejido del tronco no sufra lesiones y la herida sane lo antes posible. Si el corte se hace demasiado lejos del tronco, dejando un tocón de rama, el tejido de ésta muere y la herida se cierra con tejido cicatricial procedente del tronco.
    La herida tarda en cerrar porque ese mismo tejido del tronco tiene que sellar también el tocón. 


    Figure 6. Cortes de poda 

    1. El primer corte es una muesca superficial debajo de la rama, afuera del cuello. 
    Este corte impedirá que la rama desgarre el tejido del tronco al caer, separándose del árbol. 

    2. El segundo corte debe hacerse en la parte externa del primero, a través de toda la rama, dejando un tocón corto.  

    3. Luego se corta el tocón justamente afuera del reborde de corteza o el cuello de la rama, y termina la operación.

    2. Poda de ramas muertas
    La poda de ramas muertas es muy similar a  la de ramas vivas. Generalmente es muy fácil
    hacer el corte correcto, porque el cuello y el  reborde de corteza de la rama se distinguen
    de la rama muerta porque siguen creciendo 
    (Fig. 6A). Haga el corte de poda justamente afuera del anillo de tejido cicatricial que se haya formado, procurando no causar daño innecesario (Fig. 6C). Si va a cortar ramas muertas grandes, sosténgalas con una mano o use el método de tres pasos, como con ramas vivas. Sin embargo, el corte de ramas vivas grandes en tres pasos es más delicado, porque es más probable desgarrar la corteza.  

    3. Corte de horquillas
    Un corte correcto empieza apenas sobre el  reborde de corteza de la rama y se extiende a través del tronco, paralelamente al reborde. El tronco removido suele ser demasiado grande para sostenerlo con una mano, y se requiere el método de tres pasos. 

    1. En el primer corte, haga una muesca en el tronco, en el lado opuesto a la rama que será retenida, muy por encima de la horquilla. 

    2. Inicie el segundo corte dentro de la horquilla de la rama, muy por encima de su reborde de corteza, y corte el tronco, por encima de la muesca. 

    3. Corte el tocón restante apenas dentro del reborde de corteza de la rama, a través del tronco, en dirección paralela  al reborde.  
    Para evitar el brote excesivo de vástagos epicórmicos en el tronco, debajo del corte, o que la muerte de éste se extienda a una rama  lateral más baja, haga el corte en una rama  lateral que tenga por lo menos un tercio del diámetro del tronco en su punto de unión.  

    Prácticas de Poda que Dañan al Árbol 
    Las prácticas de despunte y desmoche (Fig.7A, 7B) son métodos de poda que dañan a los árboles y no deben usarse. La reducción de la copa es el método predilecto para reducir el tamaño o la altura de la copa de un árbol, pero rara vez se necesita y no debe usarse con frecuencia.

    El despunte, es decir, la poda de grandes ramas ascendentes entre nudos, se usa a veces para reducir la altura de un árbol (Fig.7A). El desmoche consiste en cortar ramas laterales entre nudos (Fig. 7B) para reducir el ancho de la copa.  

    Estas prácticas siempre causan el desarrollo de vástagos epicórmicos, o la muerte desde  la rama cortada hasta la rama lateral inferior siguiente. La unión de esos brotes y el tronco es débil, y se pudre la rama que los sustenta. 
    La poda incorrecta causa daños innecesarios y desgarra la corteza (Fig. 7C). Los cortes lisos dañan los tejidos del tronco y pueden ocasionar pudrición (Fig. 7D). Los cortes con tocones retrasan el cierre de la herida y son una vía de entrada para el hongo del chancro que mata al cambio y retrasa o impide
    la formación de callo (Fig. 7E). 
























    Cuándo Podar 
    Las coníferas pueden podarse en cualquier época del año, pero la poda en la temporada latente reduce al mínimo la pérdida de savia y resina por el corte de ramas. 

    Árboles de madera dura y arbustos sin flores vistosas: pode en la temporada latente para ver fácilmente la estructura del árbol, maximizar el cierre de las heridas en la época de crecimiento después del corte, reducir el riesgo de enfermedades transmisibles y evitar la pérdida excesiva de savia. Las heridas frescas y las esencias que rezuman atraen insectos que propagan enfermedades de los árboles.

    P. ej., las heridas del olmo atraen al escarabajo de la corteza, portador de esporas del hongo del olmo holandés, y el roble herido atrae al escarabajo que porta al hongo de su marchitamiento. Pode ambas especies en la época adecuada del año, para no propagar esas enfermedades mortales. Consulte al especialista local en enfermedades de  árboles para saber cuándo debe podar esas  especies en su región. De ordinario, la mejor época es a fines de otoño y en invierno.  

    Árboles y arbustos florales: éstos también deben podarse en la temporada latente, por las razones anteriores; sin embargo, para no perder la producción de flores del año en curso, pódelos según el siguiente calendario:  

    Los árboles y arbustos que florecen al inicio de la primavera (ciclamor, cerezo silvestre, etc.) se deben podar inmediatamente después de florecer (como  las yemas de las flores brotan el año anterior a la floración, se formarán en los nuevos vástagos). 

    Muchos árboles florales son susceptibles al chamusco por necrosis, una enfermedad bacteriana que se puede  propagar por la poda. Esos árboles, como muchas variedades de manzano silvestre, espino, peral, serbal, membrillo y piracanto, deben podarse en la temporada latente. El agente de extensión o un horticultor local le dará más
    información.

    Los árboles y arbustos que florecen en verano u otoño siempre deben ser podados en la temporada latente (los botones florales se formarán en los nuevos vástagos en la siguiente temporada de crecimiento, y las flores se abrirán normalmente).

    Ramas muertas: pueden ser removidas en cualquier época del año.  

    Herramientas de Poda 
    La herramienta adecuada es esencial para una buena poda (Fig.6). La elección de la herramienta depende del tamaño de las ramas por podar y la cantidad de cortes que va hacer.
    Si es posible, pruebe la herramienta antes de comprarla, para comprobar que satisface sus necesidades específicas. Como en casi todo, la alta calidad suele tener un costo mayor.

    En general, cuanto más pequeña sea la rama, podada, más pronto sanará la herida. Las podaderas manuales permiten cortar ramas pequeñas (menos de 2.5 cm de diámetro) y
    son de muchos tipos, pero pueden dividirse en dos estilos: de golpe y de paso, según la configuración de la cuchilla. Las de golpe tienen una cuchilla recta que corta la rama, apoyándola contra un pequeño yunque o banco, cuando el usuario aprieta las asas.
    Las podaderas de paso tienen una hoja cortante curva que se desliza contra otra más baja y ancha, como en las tijeras. Para no desgarrar ni aplastar innecesariamente los tejidos, es mejor usar podaderas de paso. 
    Puede usted comprar herramientas para diestros o zurdos.

    Las ramas un poco mayores que no pueda cortar con podaderas de mano las podrá cortar con pequeñas sierras (hasta 10 cm de diámetro) o cizallas para podar (hasta 7 cm), que tienen mayor superficie de corte y más fuerza de palanca. También las cizallas se ofrecen en estilos de golpe y de paso. 
    Las ramas demasiado grandes para cortarlas con podadera de mano o cizalla requieren sierras de podar. Éstas varían mucho por el estilo del mango, la longitud y forma de la hoja, y el diseño y tipo de los dientes. Casi todas tienen hojas de metal templado que conservan el filo después de muchos cortes.
    A diferencia de otras sierras, las de podar se diseñan para cortar “tirando” de ellas.  Las sierras de cadena son preferibles para  cortar ramas de más de 10 cm de diámetro.  Sólo deben usar esas sierras las personas  capacitadas. Para no tener que cortar ramas mayores de 10 cm de diámetro, pode las ramas cuando aún son pequeñas.  Para cortar ramas fuera de su alcance, use podaderas de garrocha. En general, la cabeza de corte poda ramas hasta de 4.4 cm de diá metro y las hay de golpe y de paso. También en este caso es preferible la herramienta de paso.

    Para podar ramas más gruesas puede sujetar una hoja de sierra a la cabeza de corte, o comprar una cabeza de sierra por separado. 
    Por el peligro de electrocutarse, las podaderas de garrocha no deben usarse cerca de cables de alta tensión, salvo por personal calificado para esas operaciones.

    Para asegurarse de cortar correctamente y reducir la fatiga, mantenga afiladas y en buen estado sus herramientas de corte. Debe afilar en forma periódica sus podaderas de mano, cizallas y podaderas de garrocha, con una piedra de afilar. Hay cuchillas de repuesto de muchos estilos. Las sierras de  poda deben ser afiladas por profesionales o  reemplazadas periódicamente. Para reducir el costo, muchas tienen hojas desechables.  
    Las herramientas deben estar limpias y bien desinfectadas, además de afiladas. Aunque la desinfección de la herramienta puede ser una molestia y rara vez se realiza, puede prevenir la propagación de enfermedades a un árbol sano después de podar plantas contaminadas. La herramienta se contamina por el contacto con hongos, bacterias, virus y otros microorganismos que atacan a los  árboles.
    Casi todos los agentes patógenos  necesitan una vía de entrada al árbol para enfermarlo, y las heridas frescas son el acceso ideal para las infecciones. Los microorganismos que están en la superficie de la herramienta pueden entrar fácilmente en árboles susceptibles, al hacer la poda. La necesidad de desinfectar la herramienta será mucho menor si poda en la temporada latente.

    Cuando sea necesario desinfectar, hágalo de este modo: antes de cortar cada rama, desinfecte las herramientas de poda con alcohol desnaturalizado al 70% o blanqueador líquido doméstico en dilución 1 a 9 en agua (1 parte de blanqueador por 9 de agua). Las herramientas deben sumergirse en la solución (de preferencia de 1 a 2 minutos), quitando las partículas de madera adheridas todas las superficies de corte. Como el blanqueador es corrosivo para las superficies de metal, lave siempre perfectamente las herramientas con agua y jabón después de usarlas.

    Tratamiento de Heridas 
    La savia, las gomas y resinas de los árboles son sus medios naturales de defensa ante la invasión de agentes patógenos. Aunque su aspecto no es agradable, la savia que fluye de las heridas de poda no suele ser perjudicial; sin embargo, el “sangrado” excesivo puede debilitar los árboles. 

    Cuando un roble o un olmo sufre heridas en una época crítica del año (generalmente la primavera en el caso del roble la temporada de crecimiento, en el del olmo), ya sea a causa de tormentas, otras heridas mecánicas imprevistas o la poda necesaria de ramas, se debe aplicar algún vendaje a esas lesiones. Hágalo inmediatamente después del corte. En casi cualquier otra época, el vendaje es innecesario y aun contraproducente. Vendar una herida no detiene la descomposición ni cura las enfermedades infecciosas. De hecho, puede  interferir con la protección de las gomas y resinas del árbol, evitando que las superficies heridas cierren con tanta rapidez como ocurriría en condiciones naturales. La única ventaja de vendar las heridas es evitar la entrada de agentes patógenos en los casos específicos de la enfermedad del olmo holandés y del marchitamiento del roble.

    Guía para Podar 
    Para estimular el desarrollo de un árbol fuerte y sano, use la siguiente guía para podar. 

    Generalidades
    Pode primero por seguridad, luego por  salud y finalmente por estética. 
    Nunca pode árboles que estén cerca  de cables de alta tensión o los rocen; mejor consulte a la compañía local. 
    No pode árboles si eso los hace más susceptibles a plagas importantes 

    (p. ej., en áreas donde prevalece el marchitamiento del roble, no pode esos árboles ni en primavera ni a principios de verano; si hay árboles susceptibles al chamusco, pódelos solamente en su  periodo latente). 

    Use esta guía de decisiones según el diámetro de las ramas que cortará: 1) menos de 5 cm - ¡hágalo!, 2) de 5 a 10 cm - piénselo dos veces; y 3) más de 10 cm - sólo por una buena razón.  

    Adelgazamiento de la copa 
     Estudie la forma en que va a podar el árbol, desde la punta hacia abajo. 
    Conserve las ramas cuya unión forme un ángulo en U. Corte las ramas cuyo ángulo de unión sea débil, en forma de V y/o con corteza incrustada. 
    Lo ideal es que los árboles jóvenes tengan ramas laterales uniformemente espaciadas sobre el tronco principal.  
    Elimine todas las ramas entrecruzadas o que rocen entre sí.  
    Asegúrese de que las ramas laterales no tengan un diámetro mayor que entre  la mitad y tres cuartas partes del diámetro del tronco, para que no crezcan troncos codominantes. 
    No corte más de la cuarta parte de follaje vivo del árbol en una sola operación. Si es necesario podar más, hágalo en varios años sucesivos. 

    Elevación de la copa 
    Mantenga siempre ramas vivas en dos tercios de la altura total del árbol cuando menos. Si corta demasiadas  ramas bajas, entorpecerá el desarrollo de un tronco lozano. 
    Suprima los vástagos basales y los  vástagos epicórmicos vigorosos.

    Reducción de la copa 
    Pode para reducir la copa sólo si es absolutamente necesario. Haga el corte en una rama lateral que tenga por lo menos un tercio del diámetro del tronco que va a remover. 
    Si necesita suprimir más de la mitad del follaje de una rama, córtela completa.

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