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    Cómo tener un suelo ideal para tus cultivos orgánicos
    Tener tu propio jardín de cultivos orgánicos no es una tarea difícil. Generalmente comienzas cavando, poniendo algunas plantas o semillas y algo de abono orgánico. Si bien este método puede funcionar, si quieres tener un suelo que rinda a largo plazo y de buenas cosechas cada temporada lo mejor es seguir algunos pasos. Así, tendrás un jardín más sano y más productivo.

    Añade materia orgánica

    No hay mejor para que tu suelo esté saludable y de buenas cosechas que añadir materia orgánica variadaEsto es el compost, tan fácil de realizar y además que te permite utilizar ingredientes de tus comidas y hojas, entre otros, que habrían terminado en la basura.
    La incorporación de materia orgánica mejorará la fertilidad de tu suelo y evitará que sea un suelo pobre.
    El nitrógeno, fósforo, calcio, magnesio, potasio, sodio y otros minerales son indispensables para tener un suelo completo. Algunas de las fuentes de materia orgánica más importantes son las hojas verdes, las que te sobran de la cocina, o se echan a perder, hojas secas de tu jardín, desechos de cosechas y el estiércol.
    La ausencia de nitrógeno podrás notarla porque tus cultivos tendrán brotes cortos y finos, delgados, hojas pálidas, anaranjadas, amarillas o púrpuras; la de fósforo tornará tus hojas de un color azulado, además de los mismos síntomas del hidrógeno; la ausencia de potasio provocará un retraso en el crecimiento y desarrollo de la planta, además de hojas pálidas; la de magnesio causará que las hojas caigan prematuramente, además de modificar su color.
    La vermicultura o utilización de humus se lombrices es una práctica que cada día se afianza más para mejorar los suelos. Es el proceso de descomposición de la materia orgánica, usando lombrices, lo que convierte a tu suelo en uno rico en nutrientes y sano para el desarrollo de cualquier cultivo. También puedes añadir polvo de rocas para raíces profundas, es muy bueno para corregir deficiencias de minerales en el suelo.
    Puedes valerte asimismo de Los cultivos de cobertura se usan para mejorar la fertilidad del suelo y controlar malezas y plagar, además ayudan a aumentar la biodiversidad. Éstos son parte de la agricultura sostenible y suelen ser de abonos verdes, se cultivan durante un tiempo y se retiran antes de ser completamente maduros, dejando un suelo de calidad.
    Generalmente los cultivos de cobertura son leguminosas como los frijoles o las lentejas y suelen tener un alto contenido en nitrógeno. También puedes mezclar diferentes cultivos, por ejemplo tréboles y leguminosas, los tréboles ayudan a la estructura del suelo.
    Prepara correctamente el suelo
  1. Humedece levemente el suelo para facilitar tu trabajo.
  2. Elimina vegetación. Revisa bien que debes eliminas y que no, las malas hierbas no son deseadas, pero otras plantas pueden ser útiles para trasplantar en otro espacio.
  3. Laborea. Este trabajo puede mejorar notablemente el potencial productivo del suelo y el enraizamiento, además de mejorar sus propiedades físicas. Este proceso no es más que cavar con una pala mezclando la tierra. También te ayudará a eliminar raíces indeseadas.
  4. Abonado. No hay mucho más que agregar, debes tener en cuenta todo lo comentado en el primer punto. Añade la materia orgánica que tu suelo requiera según sus necesidades y las de tus cultivos